Mariam Koné es una mujer de 39 años que reside en la aldea de Koualé, en la comuna rural de Koumantou. Está casada y tiene 4 hijos. Desde que se casó con el hijo del jefe de la aldea de Koualé, y al involucrarse en la realidad de su pueblo, Mariam entendió que las mujeres de su aldea enfrentaban serios problemas, entre los cuales cita los siguientes:
- La desnutrición, especialmente en niños/as y mujeres embarazadas. “Las verduras recomendadas por los trabajadores de salud para la nutrición de niños/as y mujeres embarazadas sólo están disponibles a decenas de kilómetros de la aldea y una vez a la semana, cuando se celebra la Feria semanal de Koumantou, que es la ciudad principal de la comuna rural” comenta Mariam.
- Los bajos ingresos de las mujeres y familias. “A pesar de la disponibilidad de las frutas y verduras en la Feria semanal de Koumantou, las mujeres no tienen los recursos suficientes para comprarlas” afirma Mariam.
Mariam nos cuenta que, desde que comenzó este proyecto, financiado por la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AACID), es la encargada, cada dos semanas, de reunir a las mujeres jóvenes de su aldea para que puedan participar en las demostraciones y sesiones de sensibilización sobre buenas prácticas nutricionales. “Las mujeres participan con entusiasmo en estas sesiones, por lo que hoy cada mujer del grupo ha aprendido al menos tres nuevas recetas culinarias” declara Mariam.
Según Mariam, con las capacitaciones recibidas en el proyecto, además de con las charlas y sesiones de sensibilización sobre buenas prácticas nutricionales, “el aprendizaje de las recetas culinarias permite a la mujeres y a las familias luchar contra la desnutrición de nuestros niños y proteger a las mujeres embarazadas”.
Nos cuenta durante la entrevista que han aprendido que «Laro Nafama» es una receta culinaria bastante nutritiva recomendada para mujeres embarazadas, mientras que «Baga Nafama» es la más adecuada para niños desnutridos. “Desde que las mujeres utilizan estas recetas, nuestros niños han visitado cada vez menos nuestros centros de salud y logramos ahorrar en el precio de los condimentos y medicamentos” comenta Mariam.
“La formación sobre producción agrícola que estamos recibiendo en el proyecto, las demostraciones culinarias y la puesta en marcha de las huertas no sólo ha mejorado los ingresos de las mujeres sino que también ha diversificado la alimentación en nuestros hogares”, afirma.
Termina la entrevista comentando que “el consumo de verduras ha reducido en gran medida la anemia infantil y la de mujeres embarazadas y ancianos, así como ha mejorado la nutrición en los hogares. Este proyecto es uno de los pocos que tiene en cuenta las principales preocupaciones de las mujeres de la aldea”.