Los/as productores/as del circulo de Baraouéli han empezado a recolectar los cereales y a comprobar los efectos beneficiosos de las diferentes técnicas agroecológicas (zaï, abono, ARN, fascina, barreras de tierra, media luna, etc.) que han sido ampliamente adoptadas por todos los jóvenes y las mujeres beneficiarias del proyecto “Conservación y uso sostenible de los recursos naturales, con perspectiva de género, en 36 aldeas del círculo de Baraouéli, región de Ségou, Malí”. Este proyecto, ejecutado por CONEMUND y financiado por la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AACID), tiene como objetivo el de fortalecer la seguridad alimentaria de las familias, mejorando la producción y la productividad agrícola y aumentando la fertilidad del suelo a través de la recuperación de las tierras degradadas.
«No he conocido nada mejor. Mi producción de este año es mayor que la de los últimos seis años, gracias a los diversos cursos de formación y a las semillas mejoradas que he recibido del proyecto”, comenta Ladji Diallo, un agricultor de la aldea de Koniwèrè que ha participado en los talleres sobre agroecología.
También Bagnini Diarra, otro productor de la aldea de Tonzougou, comenta: «Gracias a la utilización de la técnica Zaï en mi parcela, en la cual solía cosechar 900 kilos, obtuve este año 1.700 kilos, es decir, el doble de la producción de los otros años. Gracias también al uso del compost en mi campo he obtenido una mayor producción y gastado menos dinero en abono químico, lo que también provocará que la tierra sea más fértil la próxima campaña”.
La aplicación de las técnicas agroecológicas y de recuperación de tierras está claramente apoyando el aumento de la producción al permitir un aumento de la superficie cultivada y de la fertilidad del suelo.
«Tengo un campo que debido a la erosión hídrica había perdido suelo cultivable y que, tras la aplicación de las técnicas aprendidas en el proyecto, se ha recuperado, resultando la producción de esta campaña superior a la de otros años” cita Lamine Sacko, otro agricultor que está siendo apoyado por el proyecto, en el pueblo de Nioronwèrè.
Así mismo, otra de las actividades que el proyecto está desarrollando con muy buenos resultados es la formación de las mujeres en la fabricación de hornillos de arcilla, que disminuyen el uso de los recursos forestales y las altas emisiones de gases de efecto invernadero y contaminantes en los hogares. Para las mujeres del proyecto, la introducción de estas cocinas es una gran innovación, ya que los materiales que se utilizan para su fabricación, agua y barro, están disponibles localmente, y necesitan menos leña para cocinar. También, al mantener el fuego encerrado en el recipiente de arcilla se acelera el tiempo de cocción y proporciona seguridad a las mujeres, encargadas de la tarea, y a sus hijos que normalmente las acompañan.