Malí ha sido uno de los últimos países de África en sumarse a la lista de los países que ya ha registrado víctimas mortales por la pandemia del coronavirus, que afecta ya a 46 estados del continente africano.
Según el último balance publicado por el Centro de Control de Enfermedades (CDC) de la Unión Africana, hasta ahora se han registrado 4.760 casos de Covid-19 en 46 países del continente, de los que 146 han terminado con la muerte del paciente mientras que otros 335 se han recuperado.
En Mali se contabilizaban, hasta principio del mes de abril, un total de 20 casos. El Gobierno decretó al inicio del brote el cierre de las fronteras terrestres -con excepción del tránsito de mercancías- y un toque de queda de 9 de la noche a 5 de la mañana.
Las medidas de restricción relacionadas con la pandemia de COVID-19 afectarán gravemente a los medios de vida de los hogares, ya que la mayoría de la población del país forma parte del mercado de trabajo informal. Para estas personas que viven al día, las medidas de cuarentena que se podrían tomar en el país, recomendadas por la OMS para enfrentar el Covid-19 y adoptadas por la mayoría de los otros gobiernos, supone dejar de tener ingresos y graves consecuencias para sus familias.
Además, en el centro y el norte del país, la recurrencia de incidentes de seguridad y conflictos comunitarios continúa perturbando el entorno socioeconómico y el acceso humanitario de los hogares. Los desplazamientos de la población debido a los enfrentamientos (218.536 personas) y las inundaciones de 2019 (90.936 víctimas de desastres) aumentan la vulnerabilidad de los hogares a la inseguridad alimentaria y el empeoramiento de los medios de vida.
Según los datos actuales del Dispositivo de Prevención de Crisis Alimentarias, se espera que 688.756 personas padecerán hambre aguda (fase 3 crisis) en el periodo comprendido entre el mes de marzo a mayo de 2020. De ellas, 68.461 personas se encontrarán en fase 4 de emergencia, lo que supone que un 3.69% de la población total del país, unas 757,217, necesitan asistencia alimentaria urgente.
Esta situación de crisis provocada por los conflictos intercomunitarios y los efectos del COVID-19, que interrumpirán las actividades económicas e incluso las actividades agropastorales, podría hacer que entre junio y agosto de 2020 el número de personas que necesite asistencia alimentaria urgente sea de 1,2 Millones de personas, lo que representa el 5,90% de la población del país. De esta población, 129.874 personas entrarían en fase de emergencia.
Las organizaciones estamos en un continuo debate sobre las medidas que debe tomar el gobierno de Mali para paliar las graves consecuencias que puede tener el COVID-19 en la población. Entre ellas, facilitar el acceso de los trabajadores humanitarios a las zonas más inseguras del país (norte de Koulikoro, Ségou, regiones de Mopti, Tombuctú, Gao, Ménaka, Kidal, Taoudéni); proporcionar asistencia alimentaria a 1.340.741 personas, que se encontrarían en la fase 3 y 4 de hambre aguda; Implementar estrategias de resiliencia (transferencia de efectivo, alimentos por trabajo, alimentos por activos, alimentos repoblación de ganado, etc.) para la población afectada, es decir para 3,5 Millones de personas (17.80% de la población total); mejorar la disponibilidad y el acceso a la alimentación del ganado; apoyar la reconstrucción de los medios de vida de las poblaciones desplazadas, refugiadas y retornadas; fortalecer las actividades para prevenir y controlar la desnutrición; apoyar a los/as productores/as más vulnerables con insumos (semillas, equipos, etc.).
CONEMUND, a través de su personal técnico en el país, participa en este diálogo social con el fin de hacer el seguimiento de la situación alimentaria basada en la evolución del COVID-19 y definir las respuestas más adecuadas para amortiguar sus efectos.