Se confirma un fuerte deterioro de la situación de seguridad alimentaria y nutricional en Malí en este último año. De hecho, las necesidades de alimentos en el país nunca han sido mayores desde 2014, según datos del Cluster Sécurité Alimentaire de Mali (Diciembre 2019).
Actualmente, más de 3,6 millones de personas padecen inseguridad alimentaria y 0,6 millones inseguridad alimentaria severa, lo que supone un aumento del 40% respecto al período noviembre-diciembre 2018.
Las proyecciones para el próximo período de escasez (junio-agosto 2020) muestran un marcado deterioro en la situación de seguridad alimentaria y nutricional, especialmente en el norte y el centro del país.
La intensificación de los conflictos y su impacto en las comunidades se han convertido en el principal determinante de este aumento del hambre en las regiones del norte y centro de Malí. La proporción de población que padece inseguridad alimentaria severa debido a su incapacidad para acceder a los alimentos ha aumentado en ambas zonas. Además, las condiciones climáticas adversas también han impulsado el reciente aumento de la inseguridad alimentaria. Otro aspecto novedoso es que la subalimentación ha dejado de ser estacional y afecta, durante todo el año, a una parte creciente de la población.
Las características generales de la situación actual que vive el país es la que se describe a continuación:
Agricultura
Se considera que la campaña 2019-2020 ha sido de buena a media en el territorio nacional y en cualquier caso mejor que la del año anterior. La producción de cereales se acerca a los 10,9 millones de toneladas, lo que supone un crecimiento del 25,5% respecto al promedio de los últimos cinco años y del 7,1% respecto al año anterior.
Incidencias climatológicas
El pasado año hidrológico se caracterizó por ser normal, excepto en el norte y en la región de Kayes donde las lluvias han sido deficitarias. También se han producido intensas precipitaciones que han causado inundaciones graves en varias zonas del país, lo que ha producido daños materiales y pérdida de ganado, afectando a 78.115 personas, principalmente en las regiones de Tombuctú (43%), Menaka (16%), Ségou (12%) y Koulikoro (10%).
Mercados
En cuanto a los precios de este año para los cereales locales están por encima de los que se percibieron la campaña pasada. Respecto al promedio de los últimos cinco años, los precios de los cereales locales muestran cierta estabilidad, excepto el del arroz importado, que muestra un ligero aumento.
Movimiento de poblaciones
Desde el mes de febrero de 2019, ha habido un aumento brusco y continuado en el número de desplazados internos tras el deterioro de la situación de seguridad en el centro y el norte del país. De 84.285 desplazados internos en el mes de febrero de 2018 se ha pasado a 199.385 en el mes de octubre de 2019. En el último año, el número de personas desplazadas se ha duplicado y no parece que vaya a detenerse por ahora, mientras la inestabilidad sigue su avance desde el norte hacia el centro del país.
Situación de seguridad alimentaria y nutricional
En el período posterior a la cosecha (octubre – diciembre 2019), 3.584.390 personas (17% de la población total del país) se encuentran en situación de inseguridad alimentaria, incluidas 648.330 personas (3% de la población total) que sufren inseguridad alimentaria en su forma severa (fase de crisis), con necesidad de asistencia alimentaria inmediata.
Durante la próxima temporada de escasez (junio – agosto 2020), todas las regiones del país, excepto Sikasso, experimentarán un deterioro en la situación de seguridad alimentaria. 4.895.547 personas (24% de la población total en el país) sufrirán inseguridad alimentaria, incluidas 1.117.001 personas (5% de la población del país) que la padecerán en su forma severa (72% de aumento respecto al periodo posterior a la cosecha) y necesitará asistencia alimentaria de emergencia.
Al igual que la seguridad alimentaria, la situación nutricional sigue siendo preocupante en Mali con un 10% de Malnutrición Aguda Grave y un 1,5% de Malnutrición Aguda Severa, lo que sitúa al país en el umbral de emergencia de la Organización Mundial de la Salud, que tiene fijado en el 2% el umbral de emergencia en lo que se refiere a la desnutrición aguda severa y en el 10% en cuanto a la desnutrición aguda global.
Acciones de nuestro proyecto
Nuestro proyecto “Mejorada la seguridad alimentaria y nutricional con un enfoque de equidad de género y empoderamiento de las mujeres en 8 aldeas de la comuna rural de Koumantou, región de Sikasso, Mali” financiado por la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AACID) en el año 2018, y después de 10 meses de ejecución, está consiguiendo resultados destacables, promoviendo la mejora de la situación alimentaria y nutricional de la población objeto de la intervención. Por ello:
– Se han diversificado los recursos productivos de los grupos de mujeres y jóvenes con la implementación de nuevas técnicas de micro-dosificación, la utilización de semillas mejoradas de sorgo, mijo y arroz y la técnica de reducción de la aflatoxina en el cacahuete. Así mismo, se han instalado dos corrales para la promoción de un sistema semi-intensivo en avicultura, dos huertas equipadas con sistemas de bombeos solares más eficientes, y dos estanques destinados a la piscicultura. Todo ello ha hecho que las producciones de estos grupos de productores y su rentabilidad haya aumentado. A día de hoy podemos afirmar que un 55% de la población beneficiaria ha aumentado y diversificado de manera sostenible su producción agrícola, aumentando sus ingresos en un 80%.
– Se han promovido las capacidades de mujeres y jóvenes gracias a las formaciones sobre planes de negocio, gestión empresarial y dinámica organizacional, así como a las capacitaciones sobre gestión de bancos de cereales. También se ha fomentado el liderazgo de las mujeres con la creación de una red de mujeres líderes y la puesta en marcha de cursos de alfabetización y aritmética básica.
– Se ha mejorado la situación nutricional en los hogares de los pueblos de actuación, a través de la sensibilización sobre buenas prácticas nutricionales y las demostraciones culinarias a base de productos locales de alto valor nutricional.