Se cumplen 23 meses desde que se inició el proyecto “Mejora de la seguridad alimentaria y nutricional con un enfoque de equidad de género y de empoderamiento de las mujeres en 8 aldeas de la comuna de Koumantou, región de Sikasso, Malí” y nos gustaría tomar el pulso a lo que el proyecto ha representado en esta zona del Sahel, escuchando las voces de las mujeres y hombres que viven en las aldeas de la comuna de Koumantou, donde el proyecto actúa.
Esta intervención ha sido financiada por la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AACID) en el año 2018, con el objetivo de promover la seguridad alimentaria y nutricional de la población de 8 aldeas de la comuna, prestando especial atención al empoderamiento de las mujeres y otros grupos de población vulnerable, como los jóvenes.
Se trata de una población que vive en situación de pobreza, con niveles muy altos de inseguridad alimentaria, analfabetismo y malnutrición infantil, donde las mujeres estaban excluidas de los procesos de toma de decisiones y de ciertas actividades generadoras de ingresos reservadas para los hombres.
Para mejorar esta situación, el proyecto: i) fortalece las capacidades técnicas y de gestión de la producción agrícola, avícola y piscícola de mujeres y jóvenes; ii) mejora el sistema de prevención de crisis alimentarias; iii) apoya la capacidad organizativa de las mujeres y promueve sus derechos; iv) mejora los conocimientos y las prácticas nutricionales de la población; y v) fomenta mecanismos de adaptación y mitigación del cambio climático.
Algunos de estos testimonios, según los componentes llevados a cabo, son los siguientes:
Género
En el pueblo de Koualé, Siaka Koné, jefe tradicional de la aldea, nos explica: «Nosotros, los hombres de Koualé, hemos comprendido, gracias a las sensibilizaciones, que el papel de las mujeres en el desarrollo es más importante que el de la mayoría de los hombres. Por ello, hemos decidido no tener más reuniones del consejo de la aldea sin la presencia de mujeres, con el objetivo de incorporar sus puntos de vista en todos los temas tratados. De hecho, se ha designado a Mariam Koné como una de las representantes de Koualé. Sabemos ahora que las mujeres tienen una capacidad de movilización extraordinaria para el desarrollo de la comunidad.»
Alfabetización
El pueblo de Koualé es uno de los ocho beneficiados por el proyecto, donde 157 mujeres han recibido sesiones de alfabetización y aritmética básica durante 45 días.
Mariam Koné, una de las representantes del pueblo de Koualé que ya mencionamos antes, nos dio su testimonio: «Como beneficiaria de los cursos de alfabetización, no puedo expresar todo lo que esta formación me ha aportado. Los beneficios son incalculables, tanto para mí como para las mujeres miembros de mi agrupación. Soy una mujer que jamás ha ido a la escuela, pero puedo ahora gestionar mis asuntos del día a día sola gracias a los cursos de aritmética y alfabetización: tomo notas durante las reuniones, leo cartas y documentos en lengua bambara, puedo registrar números de teléfono y entender cuál es mi número de calzado. Gracias a estos conocimientos también he podido formar a otras mujeres de la aldea, y más personas que han recibido los cursos continúan profundizando en sus conocimientos y aprendiendo. Puedo decir que este proyecto ha sacado mi vida del oscurantismo para siempre»
Nutrición
Como parte de la promoción de la seguridad alimentaria de la población de las ocho aldeas donde interviene el proyecto, se llevan a cabo actividades dedicadas a la mejora nutricional de 820 familias, que han recibido cursos de formación, demostraciones culinarias y sensibilizaciones. Gracias a esto, no sólo se ha diversificado el aporte nutricional de la población, sino que también se ha reducido la discriminación que sufrían las niñas dentro de los hogares en el reparto de comidas y se ha pasado de un 15% de niños menores de cinco años con malnutrición a un 8%.
El agente sanitario de Tébézana, otro de los pueblos en los que el proyecto está presente, nos dice: «Se ha constatado una reducción considerable de niños malnutridos. Se registraban al menos cuatro niños con malnutrición severa al año antes del proyecto, sin contar a los que presentaban malnutrición moderada, pero gracias a las actividades, especialmente la horticultura, la piscicultura, las sesiones de sensibilización y las demostraciones culinarias, hemos registrado este año un solo caso de malnutrición moderada.» El agente nos habló también de cómo algunos síntomas de malaria en niños/as con malnutrición severa, como la tensión muscular, se interpretaban como símbolos de mal agüero, pero gracias a la información que ahora se tiene, se reconocen ya síntomas que permiten identificar enfermedades y dolencias como la anemia y ponerles remedio.