La última Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), que se ha desarrollado en un contexto de alerta máxima en cuestiones medioambientales, ha vuelto a poner de manifiesto la alarmante situación en la que nos encontramos. La situación actual es más alarmante que nunca y cada vez son más urgentes las medidas que todos los sectores de la población (organizaciones internacionales, gobiernos, sociedad civil e individuos) debemos tomar.
Se encuentran en crisis nuestros sistemas de producción, claramente insostenibles, y que, sin embargo, deberán producir más (o mejor) para alimentar a una población creciente. Tenemos que realizar acciones contundentes y los sectores agrícola y ganadero, entre otros, deben adecuar sus actividades a la situación actual y anticiparnos así a las consecuencias que sabemos que habrá en un futuro cercano.
En este marco, continuamos colaborando y apoyando a las organizaciones y autoridades estatales locales en Malí, junto a la ONG local LE TONUS, a través del proyecto de conservación y uso sostenible de los recursos naturales con perspectiva de género que mejora la seguridad alimentaria de 2.874 mujeres y jóvenes de 67 cooperativas. El proyecto está presente en 36 aldeas de la región de Ségou, en Malí, y está financiado por la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AACID).
Esta última temporada de lluvias (de junio a septiembre) supuso un buen momento para poner en práctica las técnicas de cultivo que los y las productoras adquirieron durante las formaciones impartidas por el proyecto. Estas técnicas agroecológicas (zaï, abono, ARN, fascina, barreras de tierra, media luna, etc.) han sido ampliamente adoptadas por todos los jóvenes y las mujeres beneficiarias del proyecto, mejorando su actividad agrícola, ayudando a recuperar áreas degradadas y aumentando la fertilidad del suelo con el fin de incrementar la producción y la productividad para fortalecer su seguridad alimentaria.
Para asegurar que le práctica de estas técnicas continúe tras el proyecto, colaboramos con los distintos servicios técnicos del Estado maliense que trabajan en la zona, realizando un seguimiento y apoyo técnico a las comunidades locales. Durante las 72 visitas de seguimiento realizadas en el último trimestre, los agentes de los servicios técnicos estatales confirmaron una total y correcta apropiación de las prácticas agroecológicas, como lo demuestra el estado de los cultivos y la vegetación.
Además, las mujeres participantes en el proyecto se han convertido en firmes protectoras del medioambiente, y se expande cada vez más el uso de cocinas mejoradas de barro y de metal, que suponen una gran reducción del consumo de leña. Estas cocinas, especialmente las de barro, son muy económicas y fáciles de fabricar, y se han convertido en el instrumento de combustión preferido por las familias. Aproximadamente 2014 hogares utilizan ambos tipos de cocinas como consecuencia directa del proyecto. Además del impacto positivo en el medioambiente, las mujeres han reducido su tiempo dedicado a la búsqueda y recolección de leña, por lo que gozan ahora de más tiempo de ocio.