En Malí, la malnutrición se ha convertido en un mal endémico que afecta a uno de cada cuatro niños. Más de un millón de menores malienses sufren esta lacra. Es un problema de salud pública, como en la mayoría países del África subsahariana y una de las principales causas de morbilidad y mortalidad en niños menores de cinco años. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el país presenta una tasa global de desnutrición aguda del 10% y una tasa de desnutrición crónica del 24% en el año 2018. La situación alimentaria-nutricional en Mali es preocupante.
Las consecuencias de la malnutrición se muestran a largo plazo y tienen un impacto en la salud física y mental de la persona que lo sufre. En el caso de la infancia puede generar secuelas irreversibles, ya que la desnutrición provoca una ralentización del desarrollo físico e intelectual, e incluso, a veces, la muerte.
Según la última Encuesta Nacional sobre Seguridad Alimentaria y Nutricional realizada en 2018 por la Dirección Nacional de Salud, a través de la División de Nutrición (DNS / DN) y el Instituto Nacional de Estadística (INSTAT), con el apoyo de Unicef, el Programa Mundial de Alimentos (PMA), la FAO y la OMS, 2,7 millones de personas y el 25% de los hogares rurales sufren inseguridad alimentaria estructural y 3,5 millones de personas, y el 32% de los hogares rurales, están en situación de vulnerabilidad.
Según los principales resultados de esta encuesta, la prevalencia nacional de desnutrición aguda es del 10%. Según la clasificación de la OMS y los resultados por regiones, la situación nutricional es considerada grave en las regiones de Kayes, Koulikoro, Sikasso, Mopti y Taoudénit con prevalencias entre el 5% y el 10% de MAG y muy grave en las regiones de Ségou, Tombuctú, Gao, Ménaka y el distrito de Bamako, donde el umbral de alerta supera el 10%.
La siguiente figura muestra la tendencia de los diferentes indicadores nutricionales en el período desde el año 2011 al año 2017
Fuente:Informe SMART 2011-2017 (Instituto Nacional de Estadística)
Actualmente, el país se enfrenta a situaciones complejas que pueden generar un aumento de las necesidades alimentarias de la población:
-Aumento del número de nuevos desplazados internos en el país (10.000 nuevos desplazados internos es el promedio por mes) debido al aumento de la violencia, especialmente en el centro del país.
-Comunidades afectadas por los conflictos violentos, en riesgo de deterioro de sus medios de vida (incapacidad para cultivar, pérdida de activos, etc.), incapaces de satisfacer sus necesidades alimentarias a corto y medio plazo.
-Posible disminución de los rendimientos de los cultivos de cereales en algunas áreas del país debido a las insuficientes lluvias de los últimos meses.
LA PARADOJA DE SIKASSO
La región de Sikasso, en donde se concentran la mayor parte de las intervenciones de CONEMUND en el país, es una de las tres regiones con mayor incidencia de pobreza (EMOP 2014).
Dicha región proporciona la mayor parte de la fruta, verdura y cereal consumido por el resto del país, dado que es una de las zonas más fértiles de Malí, siendo conocida como el granero de Malí. Sin embargo, Sikasso registra una elevada prevalencia de la malnutrición crónica en niños de 0 a 59 meses, situándose esta en un 30,8%. Las causas subyacentes son principalmente la falta de acceso a alimentos y la calidad de los mismos, ya que la mayor parte de la producción se exporta fuera de la región y la población local acaba consumiendo los alimentos de peor calidad. También, es debido al desconocimiento entre la población de las prácticas adecuadas para la alimentación infantil, normas higiénicas y sanitarias, falta de acceso al agua potable y servicios de saneamiento.
NUESTRA CONTRIBUCIÓN PARA MEJORAR LA SITUACIÓN NUTRICIONAL EN LA REGIÓN DE SIKASSO.
La satisfacción de una correcta alimentación y nutrición es una condición indispensable para la realización individual, pues es fundamental para la propia supervivencia. Para garantizar la viabilidad de los medios de vida y la alimentación, las poblaciones deben dominar su propia seguridad alimentaria y así poder reducir su exposición a los cambios políticos, económicos y climáticos, sin depender de la variación de los precios y de los intereses de otros actores.
El proyecto “Mejorada la seguridad alimentaria y nutricional con un enfoque de equidad de género y empoderamiento de las mujeres en 8 aldeas de la comuna rural de Koumantou, región de Sikasso, Mali” financiado por la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AACID) en el año 2018 busca promover la seguridad alimentaria y nutricional de la población, a través de la diversificación de actividades productivas y cultivos, la mejora de las capacidades técnicas y de gestión, la creación de bancos de cereales, el empoderamiento económico y social de las mujeres titulares de derechos y el desarrollo de actividades que van a mejorar los conocimientos y prácticas nutricionales de la población.
En los primeros 6 meses de ejecución, el proyecto ha proporcionado a los pequeños productores y productoras semillas de calidad para la producción de cereal y formación en técnicas apropiadas de fertilización de suelos y utilización racional de abono, así como ha posibilitado la instalación de dos corrales para la promoción de un sistema semi-intensivo en avicultura y dos huertas equipadas con pozos profundos y equipamiento solar. También está previsto la construcción de dos estanques destinados a la piscicultura. Todo ello va a suponer un aumento de la producción y diversificación de cultivos, tanto para mejorar la dieta de las familias como para aumentar sus medios de vida.
La mayor producción, acompañada de la creación y formación de una red de mujeres especializadas en transmitir a la población buenas prácticas nutricionales y el desarrollo de jornadas de sensibilización y demostraciones culinarias, permiten consolidar hábitos alimenticios e higiénicos saludables, mejorar la dieta familiar y reducir la desnutrición crónica infantil en un 5%.